miércoles, 14 de noviembre de 2007

“Loma” de Cabrera, un lugar para descubrir !




LOMA DE CABRERA.- Así como Villa Altagracia tiene en el merenguero Sergio Vargas un embajador amoroso y gratuito, el municipio de Loma Cabrera tiene en El Mayimbe, Fernando Villalona, una voz y un alma que le cante y la defienda.

Al visitar Loma de Cabrera, se palpa rápidamente la devoción que la gente cultiva por el artista que, además, construye una casa de caoba en la avenida Duarte del pueblo. Aunque falta mucho para habitarla, la casona de tejas en dos tonos, ya es parte de la mochila turística que muestra este municipio de Dajabón.

En un costado de la cordillera Central, se recuesta la bondad de la gente de “Loma”, como le apodan al terruño del pelotero Rafael Furcal.

La comunidad, que fue incendiada en 1911 por disposición del presidente Ramón -Mon- Cáceres (para evitar que fuese refugio del bando de Desiderio Arias), disfruta de un clima fresco y de tarde en tarde, residentes y visitantes, chapalean en la melodiosa cascada del balneario El Salto, en el mismo centro del pueblo.

El paseo por Loma de Cabrera lo dirigieron las primas Ángela y Elizabeth Cabrera, a quienes conocen en cada esquina por aquella admirable cercanía y familiaridad abundande en las casas lejanas de la indiferencia y mercantilismo metropolitano.

Las casas, incrustadas en pendientes, son jardines modestos de flores multicolores. Las calles se mantienen limpias porque el ornato es uno de los tesoros preciados de Loma. El agua, el líquido que escasea en ciudades cercanas, es a menudo desperdiciada en hogares donde se higieniza a “pluma” abierta.

Cada 21 de enero, Loma clausura sus fiestas patronales en honor a la eterna Virgen de La Altagracia. En esos días hay fiestas artísticas y culturales por doquier, pero si llegas en otra época, no te preocupes. Las muchachas cuentan que, por ejemplo, en el bar D’Karla Music, aparte del karaoke sabatino, los varones son muy galantes y sin pedir “a cambio”, brindan “frías” a chorro. “Basta vestirse bonita y ya”, asegura Elizabeth.

Las lidias de gallos son un atractivo de Loma de Cabrera. La gallera municipal es muy concurrida y no sólo por hombres, pues hasta las compañeras de los “galleros” degustan cervecitas entre uno y otro espuelazo.

La gente de Loma es comparona y no está de espaldas a la tecnología. Existe un portal en la Internet con la historia, datos y fotografías del pueblo. Camino a Monte Grande venden los famosos dulces de cajuil envueltos en yagua. Con el tiempo, las vendedoras han coloreado el camino con pozuelos de variedades como leche con coco, leche, naranja. Los precios son razonables y el sabor, único.

La casa materna del pelotero Rafael Furcal, de los Dodgers y el Escogido, está en la avenida Gastón F. Deligne. La gente la muestra con orgullo y, obviamente, la bonanza económica del atleta hizo imponente y moderno el techo de su progenitora.

El Grito de Capotillo
Capotillo es un lugar de pocas casas y relevancia histórica. Es el sitio donde se inició la gesta restauradora en 1863. Cercado por la majestuosa cordillera Central, el cerrito donde ocurrió aquel grito libertario, está cubierto de pinos. Solitario, silencioso y sembrado de guandules, permanece casi olvidado el mural de Prats Ventós donde se reflejan distintos episodios de nuestra historia independentista, desde la formación de La Trinitaria por Juan Pablo Duarte, hasta las andanzas patrióticas de Gregorio Luperón.

Al Monumento Capotillo, obra inmensa y valiosa, le urge atención. Las telarañas del olvido son las dueñas de semejante creación. Esta estructura de hormigón con escalones de piedra caliza fue construida en el gobierno de Salvador Jorge Blanco en 1986.

La escultura con el nombre de héroes de la Restauración es de Ramiro Matos, el diseño de Rafael Calventi y la construcción general de José A. Santana. La infraestructura está provista de salones amplios que permanecen cerrados sin que ninguna actividad productiva les pinte de vida y emoción. La heroicidad de Santiago Rodríguez, Eugenio Belliard, Alejandro Bueno, Pablo Reyes, Juan de Mata Monción, Juan de la Cruz Álvarez, Benito Monción, José Cabrera y Sotero Ben, entre otros, está eternizada en el mural.