Que el merengue no encuentre hoy abundantes exponentes tiene muchas razones. Y una de ellas, habría que adjudicarla a la falta de escuelas naturales, la cadena que en las décadas de los años 70 y 80 fueron generadas por agrupaciones como las de Wilfrido Vargas, Los Hijos del Rey, El Equipo de Dioni Fernández y La Internacional de Ramón Orlando, entre otras.
Los que pasan de 20 años saben que mayoría de los grupos en décadas pasadas eran escuelas o nidos de nuevos talentos que se formaban y que se convirtieron en lo que son hoy: estrellas y figuras merengueras.
La orquesta de Dioni Fernández, Ramón Orlando y Wilfrido Vargas son los mejores ejemplos de agrupaciones que abrieron sus puertas para darle “la gran oportunidad” al nuevo talento.
Existen razones de sobra hoy día para no permitir que otros cantantes graben junto a los líderes de las agrupaciones, pero lo cierto es que los merengueros han roto esa cadena, y ellos, como figuras principales de su agrupación, no están formando el talento del futuro.
Merengue sin escuelasAnalizando con Dioni Fernández el tema de la falta de escuelas en el merengue, el maestro no condena la actitud de los merengueros de hoy. Al contrario, reconoce que por razones que implican el mercadeo artístico en la actualidad, ellos no están cometiendo un pecado. Simplemente se venden como líderes de sus grupos. “Y eso -dice el maestro- es algo muy natural”.
Si se recrea la historia de cómo nacieron figuras como Eddy Herrera, Rubby Pérez, Sergio Vargas, Héctor Acosta o Fernando Villalona, se concluye en que de no ser por el apoyo que recibieron en su momento, ya sea de sus descubridores o de los dueños de las agrupaciones en donde les permitían cantar, grabar temas y convertirlos en hits, la realidad de ellos quizás fuera muy diferente hoy día.
Habría que preguntarse si el éxito le hubiera sonreído igual a Rubby y Eddy (por poner dos ejemplos) si al formar sus respectivos grupos no hubieran contado con éxitos como “Volveré” o “El Jardinero”. O en el caso de Sergio, quien al momento de formar su agrupación ya era un cantante conocido en la orquesta de Dioni Fernández.
A pesar de eso, ellos no han seguido el modelo del que surgieron. “Es cierto que se ha roto esta cadena; ya las orquestas de hoy no le dan oportunidad a los cantantes, porque ellos son las figuras y los demás son coristas; es cierto que esta situación ha tenido mucho que ver para que hoy no existan relevos dentro del merengue y no haya talento joven grabando el ritmo”, opina Dioni.
El veterano merenguero recuerda que Johnny Ventura siempre fue figura de su orquesta, pero de ella surgieron Fausto Rey y Anthony Ríos. “Para nosotros a veces resultaba un problema grabar un tema con un muchacho y luego pegara y emprendiera vuelo por sí solo”. No obstante, hoy se siente orgulloso de haber apoyado a gente como Sergio Vargas y a sus hermanos Kaky y Johnny, Diomédes, Charlie Rodríguez, Carlos David, Pablo Martínez y otros.
Los que pasan de 20 años saben que mayoría de los grupos en décadas pasadas eran escuelas o nidos de nuevos talentos que se formaban y que se convirtieron en lo que son hoy: estrellas y figuras merengueras.
La orquesta de Dioni Fernández, Ramón Orlando y Wilfrido Vargas son los mejores ejemplos de agrupaciones que abrieron sus puertas para darle “la gran oportunidad” al nuevo talento.
Existen razones de sobra hoy día para no permitir que otros cantantes graben junto a los líderes de las agrupaciones, pero lo cierto es que los merengueros han roto esa cadena, y ellos, como figuras principales de su agrupación, no están formando el talento del futuro.
Merengue sin escuelasAnalizando con Dioni Fernández el tema de la falta de escuelas en el merengue, el maestro no condena la actitud de los merengueros de hoy. Al contrario, reconoce que por razones que implican el mercadeo artístico en la actualidad, ellos no están cometiendo un pecado. Simplemente se venden como líderes de sus grupos. “Y eso -dice el maestro- es algo muy natural”.
Si se recrea la historia de cómo nacieron figuras como Eddy Herrera, Rubby Pérez, Sergio Vargas, Héctor Acosta o Fernando Villalona, se concluye en que de no ser por el apoyo que recibieron en su momento, ya sea de sus descubridores o de los dueños de las agrupaciones en donde les permitían cantar, grabar temas y convertirlos en hits, la realidad de ellos quizás fuera muy diferente hoy día.
Habría que preguntarse si el éxito le hubiera sonreído igual a Rubby y Eddy (por poner dos ejemplos) si al formar sus respectivos grupos no hubieran contado con éxitos como “Volveré” o “El Jardinero”. O en el caso de Sergio, quien al momento de formar su agrupación ya era un cantante conocido en la orquesta de Dioni Fernández.
A pesar de eso, ellos no han seguido el modelo del que surgieron. “Es cierto que se ha roto esta cadena; ya las orquestas de hoy no le dan oportunidad a los cantantes, porque ellos son las figuras y los demás son coristas; es cierto que esta situación ha tenido mucho que ver para que hoy no existan relevos dentro del merengue y no haya talento joven grabando el ritmo”, opina Dioni.
El veterano merenguero recuerda que Johnny Ventura siempre fue figura de su orquesta, pero de ella surgieron Fausto Rey y Anthony Ríos. “Para nosotros a veces resultaba un problema grabar un tema con un muchacho y luego pegara y emprendiera vuelo por sí solo”. No obstante, hoy se siente orgulloso de haber apoyado a gente como Sergio Vargas y a sus hermanos Kaky y Johnny, Diomédes, Charlie Rodríguez, Carlos David, Pablo Martínez y otros.